A través del gesto manual y pictórico, en esta serie se evocan otros dos tipos más de gestos, el evento cinematográfico y acciones complementarias entre sí que son la escritura y la lectura.
Como si fueran tiras de celuloide dispuestas sobre una mesa de luz o una sucesión de renglones ya escritos, el plano pictórico blanco sobre el que se han pintado estos elementos evoca simultáneamente tanto a la pantalla cinematográfica antes o después de la función, como a la hoja en blanco del escritor; incluso aun cuando en algunas piezas de esta serie parte del fondo ha sido cubierto con escurrimientos de pintura o vigorosas líneas o círculos hechos con aerosol.
Una pintura la podemos percibir en una fracción de segundo o contemplarla indefinidamente; por el contrario, para poder afirmar que vimos una película o un programa de televisión o que leímos un libro o escribimos ocupando una hoja de papel entera, tuvimos que haber completado el evento que implica verlas, leerlas o redactarlas de principio a fin. Estas acciones son evocadas y sugeridas en esta serie a partir de transformarlas en una sucesión de gestos pictóricos y gráficos.
La dilatada temporalidad del evento cinematográfico es transformada en un gesto pictórico que evoca la simultaneidad espacial de una historieta o un storyboard cinematográfico. Pero a diferencia de la estructura de un cómic o un boceto visual del que nace una película o las variedad de imágenes y hechos contenidos en una hoja de contactos fotográfica, los recuadros en las pinturas de esta serie son viñetas que sugieren una sola escena o historia.
Debido a su patente abstracción, cada pintura de ésta serie evoca una sucesión de imágenes que podrían ser la borrosa filmación de un paisaje, un cuerpo o un evento estático o incluso dinámico. Estas franjas abstractas, pueden llegar a evocar a las cronofotografías de Eadweard Muybridge (1830–1904) de un caballo corriendo o el estudio del movimiento de Etienne Jules Marey (1830–1904) de un hombre caminando, pero a manera de una sucesión de repetitivos gestos pictóricos abstractos interconectados. No obstante la inevitable asociación que despiertan respecto a la imagen en movimiento, las imágenes de esta serie es fácil comprobar que son gestos pictóricos o gráficos en repetición y cuya variabilidad depende de su condición matérica, tal y cómo sucede con la acumulación de rostros de Marilyn Monroe en la obra de Andy Warhol (1928–87), Díptico Marilyn, 1962, serigrafía y acrílico sobre tela, 205.34 cm x 144.8 cm, colección de la Tate Gallery de Londres.
Diálogos de celuloide No. 20. Témpera sobre tela, 220 cm X 220 cm (86 in X 86 in) 2015
Diálogos de Celuloide
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