The Star that changed the universe
The series explores the tension between knowledge and its representation, between the great distance generated by rationalist and scientific thinking in relation to its visual demonstration. These four pictorial-serigraphic prints utilize diverse aesthetic resources to evoke the still-limited understanding of the universe that humanity has attained through its portrayal by telescopic instruments. The combination of the ancient technique of fresco painting with modern silk screen printing forms a hybrid that reproduces both a photograph of historical astronomy and the blurred image of a little-known nebula.
On October 6, 1923, the astronomer Edwin Hubble made a discovery that changed our conception of the universe. Up until then any star that could be observed in the firmament was believed to be part of our galaxy, the Milky Way. However, the discovery of the star Hubble variable number 1, or V1, turned out to be of great importance. Hubble had found three novae on a photographic plate and marked them with the letter N. When comparing the plate with previous exposures, he detected that one of these three novae pulsated differently, indicating that it was a Cefeida variable, a type of star whose characteristics permit astronomical distances to be determined with great precision, whereupon Hubble crossed out the N and wrote VAR!. He established that V1 was in the Andromeda Galaxy and therefore outside the Milky Way, a major discovery on the basis of which both the existence of a huge number of galaxies, many more than previously thought, and the accelerating expansion of the universe were later determined.
Despite this tremendous discovery there still remains much to discover about the universe, as presented in two of the fresco-serigraphic prints that make up this series. Nebulosa Ojo de Gato (Cat’s Eye Nebula) no.1 y 2 show a scarcely- identifiable photograph of this astronomical object, an ambiguous representation aesthetically alluding to how this nebula has been studied at great depth but is still little understood by scientists due to its great structural complexity and the unexplained mechanisms that shape it.
Edwin Hubble’s surprising discovery in 1923 demonstrates how our most well-established knowledge - such as our concept of the universe – can suddenly change, just as the ancient, immutable fresco technique can be reinvented radically when combined with modern silk screen printing. La Estrella que Cambió el Universo (The Star that Changed the Universe) no.1 y 2 are two pieces that allude to the process by which all traditional knowledge, even when used with no apparent changes by successive generations, is in a permanent, simultaneous state of transformation, verification, updating and obsolescence.
In parallel with artists like Július Koller or Trevor Paglen who have explored physical and astronomical distances as concepts that question the credibility of academic representations and scientific and rational determinism, this series applied the pictorial semi-abstract character of these four fresco-serigraphic prints as an artistic metaphor for the enormous physical, epistemological and conceptual distance between man and the astronomical objects and phenomena he studies, an unbridgeable distance and a permanent state of incompleteness that is equivalent to the impossibility as human beings of ever attaining absolute knowledge of nature and the universe and, therefore, of ourselves. ~Eduardo Egea
La estrella que cambió el universo.
Esta serie explora la tensión entre el conocimiento y su representación, entre la gran distancia que generan el pensamiento racionalista y científico respecto a su demostración visual. Estas cuatro impresiones pictórico-serigráficas evocan a través de diversos recursos estéticos al todavía escaso entendimiento que ha logrado la humanidad del universo a través de su descripción con instrumentos telescópicos; para lograr esto, se conjugan la antigua técnica de la pintura al fresco y la serigrafía moderna, híbrido con el cual se reproducen tanto una fotografía de astronomía histórica como la borrosa imagen de una Nebulosa de la que se sabe poco.
El 6 de octubre de 1923, el astrónomo Edwin Hubble realizó un descubrimiento que cambió nuestra concepción del Universo. Hasta esa fecha, se creía que toda estrella que podía ser observada en el firmamento era parte de la Vía Láctea, nuestra galaxia; sin embargo, el descubrimiento de la estrella, Hubble Variable Número 1 ó V1, resultó de gran importancia, ya que Hubble después de encontrar en una placa fotográfica tres Novas y marcarlas con N, al revisar todas sus placas, halló diferencias de pulsación en una de esas tres Novas, a la cual tachó la N por la palabra VAR!, ya que esta resultó ser una Cefeida Variable, tipo de estrella cuyas características permiten determinar distancias astronómicas con gran precisión, dato con el cual se estableció que ésta V1 se encontraba fuera de la Vía Láctea, en la galaxia de Andrómeda, descubrimiento capital a partir del cual se pudo posteriormente determinar tanto la existencia de un gigantesco número de galaxias más, como la acelerada expansión del universo.
A pesar de este enorme hallazgo, todavía queda mucho por descubrir del universo, como en dos de las fresco-serigrafías que componen esta serie, Nebulosa Ojo de Gato no.1 y 2, obras donde apenas se alcanza a identificar una fotografía de este objeto astronómico, ambigua representación desde la que se alude estéticamente a cómo esta Nebulosa ha sido sumamente estudiada pero todavía poco comprendida por los científicos debido a su gran complejidad estructural, ya que no se han descifrado muchos de los mecanismos que moldean a sus formas.
El sorpresivo descubrimiento de Edwin Hubble en 1923 resulta una demostración donde nuestros conocimientos más establecidos - como nuestra idea del universo -, pueden renovarse de pronto, igual que la antigua e inmutable técnica al fresco, la cual puede ser reinventada radicalmente al fusionarse con la serigrafía moderna, como en las piezas, La Estrella que Cambió el Universo no.1 y 2, aludiendo así al proceso donde todo saber tradicional, aun cuando haya sido utilizado aparentemente sin cambios por sucesivas generaciones, se encuentra en un permanente y simultáneo estado de transformación, verificación, actualización y obsolescencia.
En paralelo a artistas como Július Koller o Trevor Paglen, quienes han explorado las distancias físicas y astronómicas a manera de conceptos que ponen en duda la credibilidad de las representaciones académicas y el determinismo racionalista y científico, esta serie emplea el carácter pictórico semi-abstracto de estos cuatro frescos-serigráficos como una metáfora plástica de la enorme distancia física, epistemológica y conceptual que media entre el hombre y los objetos y fenómenos astronómicos que estudia, insalvable lejanía y permanente estado de incompletud que equivale a la imposibilidad de que los seres humanos alcancemos un conocimiento absoluto de la naturaleza y el universo, y por lo tanto, de nosotros mismos.
Pintura al fresco sobre tezontle, aplicada con métodos de serigrafía. 40 cm X 40 cm ( 15.7 in X 15.7)